Sumergiéndonos en los interesantes matices del entretenimiento, te llevamos detrás de cámaras con una reciente entrevista a Susy Díaz, quien anoche asumió el desafío de ser cazafarsantes en “¿Cuál es el verdadero?”.
Sin embargo, en una sorpresa que pocos esperaban, demostró que descubrir a los mentirosos no es tan sencillo como parece, enfrentándose y perdiendo ante Yaco Eskenazi.
La experiencia de Susy Díaz en el programa arrojó luz sobre la complejidad de interpretar señales y discernir la verdad entre pistas engañosas.
Desde fuera, resulta claro que el desafío va más allá de lo aparente, revelando los retos genuinos que los participantes enfrentan en su búsqueda por identificar a los impostores.
En este revelador encuentro, exploramos los entretelones de su participación y el emocionante duelo que desafió su intuición. Una visión íntima que agrega un nuevo capítulo a la historia televisiva.
Entrevista
Susy, ¿qué pasó?, pensábamos que serías una maestra descubriendo al mentiroso…
No tuve suerte esta noche, y es que, a veces, hasta a una persona como yo le mienten y cae redondita. Pero no sé qué me pasó esta noche porque yo puedo identificar cuándo me están mintiendo, mi sexto sentido y mi intuición se activan.
¿Y cómo viste a Tilsa Lozano y a Yaco Eskenazi, tu competencia?
No sé qué le pasó a Tilsa, ella es buena, es astuta, sabe detectar mentiras. Y Yaco me sorprendió, me sorprendió para bien. Yo me he quedado picona.
¿Cuál es tu relación con la mentira?
Odio a los mentirosos, he tenido que enfrentar a muchas personas mentirosas en mi vida y realmente no tolero que me mientan. He sido objeto de engaños y he descubierto estos mediante los ampays que se difundieron en los medios.
Estas mentiras me hicieron perder tiempo, ya que confiaba en esas personas, y yo siempre he sido leal en mis relaciones.
¿Cómo estás sentimentalmente en este momento?
Actualmente tengo una situación peculiar en mi vida amorosa, hace nueve años conocí a un chico, un joven que no tiene complicaciones en su vida como hijos o una pareja, y en todo este tiempo, me ha demostrado su cariño de muchas formas.
Él tiene 33 años y yo tengo 60, y es muy respetuoso, no me ha llamado nunca cuando he tenido pareja, pero ahora su interés es asumir un papel más protagónico, pero mi corazón se ha vuelto de piedra.
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