El autismo, o Trastorno del Espectro Autista (TEA), es una condición del desarrollo neurológico que afecta la comunicación, el comportamiento y la interacción social de quienes lo presentan. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este trastorno afecta a una de cada 160 personas en el mundo.
En el Perú, el Ministerio de Salud reportó 91,884 casos atendidos durante el 2024, lo cual refleja la creciente necesidad de generar conciencia y brindar entornos adecuados para estos niños.
Entender y acompañar a un niño con autismo puede ser un desafío. Sin embargo, con las herramientas adecuadas, una rutina estructurada y el apoyo profesional necesario, es posible mejorar significativamente su calidad de vida.
“Entender y acompañar a un niño con autismo no es tarea fácil, pero con el apoyo adecuado, una rutina estable y el entorno correcto, podemos lograr que se desarrollen de manera plena y saludable”, señala Nandy Vega, subdirectora Médica de MAPFRE. Resalta, además, la importancia de que estos niños cuenten con atención médica especializada, terapias adecuadas y acompañamiento psicológico para favorecer su desarrollo integral.
A continuación, la doctora Vega comparte 5 recomendaciones clave que pueden marcar una gran diferencia en la vida de un niño con autismo:
1. Fomenta una rutina saludable
Los niños con TEA suelen sentirse más seguros y tranquilos cuando su día a día es predecible. Establecer horarios consistentes para actividades como las comidas, el baño, el descanso y el juego les ayuda a reducir la ansiedad y adaptarse mejor a su entorno.
También es recomendable disminuir los estímulos sensoriales abrumadores, como ruidos fuertes o luces brillantes, y crear espacios tranquilos donde puedan autorregularse cuando se sientan sobreestimulados.
2. Promueve la actividad física y el juego
El ejercicio no solo es importante para el desarrollo físico, sino también para el bienestar emocional. Actividades como caminar, nadar o participar en juegos sensoriales e interactivos pueden ayudar a los niños con autismo a mejorar sus habilidades motoras y sociales, al tiempo que reducen el estrés.
El juego libre y creativo también contribuye a su expresión emocional y al fortalecimiento de vínculos con su entorno.
3. Cuida su alimentación
Muchos niños con autismo presentan selectividad alimentaria o problemas gastrointestinales, lo que puede afectar su nutrición. Es fundamental ofrecerles una dieta balanceada, rica en nutrientes, vitaminas y minerales.
En estos casos, el acompañamiento de un nutricionista especializado puede ser clave para garantizar una alimentación adecuada que favorezca su crecimiento, desarrollo cognitivo y estabilidad emocional.
4. Fomenta la interacción social en espacios seguros
El desarrollo social puede ser un área desafiante para los niños con TEA, pero no debe dejarse de lado. Es importante promover interacciones con otros niños o adultos en ambientes controlados donde se sientan cómodos.
Participar en talleres, actividades grupales o terapias de habilidades sociales les ayuda a mejorar su comunicación, reconocer emociones y formar relaciones de manera progresiva.
5. Accede a terapias y apoyo emocional
El acompañamiento de profesionales especializados es fundamental. Las terapias del habla, ocupacional, de integración sensorial o psicológica pueden ayudar al niño a desarrollar habilidades comunicativas, cognitivas y emocionales.
Además, el soporte emocional que ofrecen los cuidadores y padres es esencial para fortalecer su autoestima y sentido de seguridad.
Brindar una vida saludable a un niño con autismo implica compromiso, paciencia y una red de apoyo sólida. Con estas cinco recomendaciones, las familias pueden construir un entorno más amoroso, estructurado y empático que les permita desarrollarse con plenitud.
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